—¿Cómo podéis estar tan segura, si la ciudad de Sevilla fue devastada por la enfermedad y casi la mitad de su gente desapareció? —tronó el dominico. —Mi señor, solo aplico el sentido común —replicó Concepción con calma trabajada—. Si la peste hubiera penetrado en este convento, ninguna de nosotras estaría […]
—Disculpad mi turbación, mi señor —dijo Concepción, con la voz hecha un hilo—, mas no estoy habituada a reproches de esta laya. Jamás oí nada semejante. Me produce tal sorpresa y rechazo, que mi reacción no puede ser otra que una pena profundísima ante lo que juzgo un fraude a […]
—Pero… ¡por la Virgen Inmaculada y todos los santos! —exclamó Concepción, casi tartamudeando—. ¿Qué denuncia es esa? Es completamente falsa, os lo juro, mi señor fiscal. —Os noto muy nerviosa, hermana —respondió el inquisidor, midiendo cada palabra con fría severidad—. No me obliguéis a pensar que ese temblor es reflejo […]
—Bien, fray Bernardo… ¿se os ofrece algo más en lo que yo pueda serviros? De no ser así, os ruego permiso para retirarme y dedicarme a la oración. —¿Orar, decís? —respondió el inquisidor con un deje de burla, arqueando las cejas—. ¿Será que vuestra conciencia os pesa tanto que ya […]
—Ya, madre; suele ocurrir. No es la primera vez que me enfrento a un caso semejante. Y os reitero lo dicho: si nada habéis hecho, nada habéis de temer. La buena noticia es que, al menos, os libraré de un problema inmediato. Durante un tiempo no tendréis que soportar a […]
QUEM VIRÁ RESGATAR-ME? Quem virá resgatar-me? — exclamo desde o silêncio. Habito minha torre sem tempo, Faltam-me asas e sabedoria para fugir; Prisioneiro da minha ignorância, Ausente da realidade, Não consigo afastar-me destas paredes Mais que uns passos vacilantes, Pois uma força invisível me retém. Converso com a solidão, sem […]
—Ah, ¿no? ¿Y si os revelara que se trata de alguien que mora dentro de estos muros? —dijo el fiscal, clavando en ella una mirada penetrante y casi hipnótica—. Vaya con su merced… os habéis puesto pálida como el mármol. ¿Será por la sorpresa, por el miedo… o porque en […]
El rostro de la madre Verónica era un muro de serenidad. Sus labios apretados, la mirada baja y el silencio prolongado parecían guardar una coherencia natural con su ignorancia de aquello que se le imputaba. —Perdonad, fray Bernardo —dijo al fin, con voz firme, aunque contenida—. Ignoro por completo eso […]
—¡Pues claro que sí, Carmen! —afirmó Martina con ardor, golpeando el aire con la mano como si con ese ademán pudiera empujar el mundo hacia su causa—. No se lucha solo para apartar lo malo, sino para enriquecerlo con lo bueno. Y yo te quiero a mi lado, inseparables, como […]
—Martina, lo único que advierto en ti es un ánimo demasiado impetuoso. Te tomas las cosas con exceso y te falta un poco de examen racional. Sé bien que tu pasado te pesa, aquella adolescencia maldita en manos de un padre abusador y perturbado, pero convendría que madurases cuanto antes. […]