SIN ADIOSES
No hay adioses, solo continuidad
que la inmortalidad carece de final
solo es expresión última de la voluntad divina
que asegura nuestra eternidad suprimiendo el tiempo
Solo existe el perpetuo ahora
pero nuestros ojos nos engañan
al pensar que muerte y nacimiento
constituyen etapas diferentes
¿Quién puede ver salvo el espíritu
que es la yema de Dios envuelta en llamas?
Es este un plano tosco dominado por la densidad
una gran limitación a los sentidos del alma
Por eso necesitamos subir y bajar
de ese imaginario tren
donde la sabiduría y el amor
son los raíles de la vía y el camino del viajero,
que somos nosotros
2024 © Texto: José Manuel Fernández
2024 © Foto: V She