AQUELLA HORA
¡Quién lo diría!
Tú, la mujer perfecta de mi imaginación
la criatura que brilla cual estrella de verano
y que alimentas mis sueños de inmortalidad
Y ahora, te vas porque quieres, sin argumentos
Te pregunto y callas con un silencio perturbador
que exprime la agonía de mi débil voluntad
Quisiera verte, escucharte, degustar tu dulce voz
mas solo queda el rumor del viento en las ventanas de mi soledad
y ese rastro de tu pensamiento que atraviesa paredes
Tengo miedo de mis amaneceres
de la maldita hora en que tendida en la cama te hallé
Clausuré nuestro antiguo nido de amor
y desde ese día, siempre despierto de madrugada
2024 © José Manuel Fernández
2020 © Foto: Tom Seydung