Ya al atardecer, una vez que los invitados se fueron y que Carlos se había marchado en coche de regreso a Badajoz, el marqués, Alicia y Rosarito se dispusieron a cenar.
—Rosarito, le dije a tus padres que esta noche ibas a cenar con nosotros, para que no se preocupasen.
—Eso era lo acordado, padrino.
—Pues sí, la verdad es que estoy ansioso por oírte. Y tú, Alicia, presta atención. Así podrás comprobar lo «bruja» y lo «loca» que está mi ahijada, tal y como denuncia el perturbado de tu hermano.
—Padre, no hay que ser muy lista para darse cuenta de que Rosarito está cuerda y que, por supuesto, no tiene nada de bruja. Además, es una mujer inteligente y le sobra sentido común. Siento decirlo, padre, pero, aunque lleve tu sangre, Carlos es un completo imbécil que no sabe ni mirarse en el espejo.
—Menos mal que alguien razona en esta casa, hija. La verdad ha hablado por tu boca y mira que me apena confirmar tus palabras.
—Hace tiempo que Rosarito ya no me sorprende. Ella ha mantenido una constante evolución en su personalidad. Desde niña, ya se la veía algo especial. Ha tenido una adolescencia de lo más ejemplar y ahora, como mujercita, demuestra una madurez impropia de su edad. Tal vez por eso nos llevamos tan bien. Aparte de que su mente es abierta, aunque yo le lleve unos añitos, muchas veces la veo y por su lenguaje y actitudes, no sé si yo soy la mayor o ella. Que conste que no lo digo por su partida de nacimiento, sino por su equilibrio.
—Si continúa este baile de alabanzas sobre mí entre mi padrino y mi «hermana mayor», tendré que levantarme e irme con mis padres. Ya os he dicho muchas veces que buena parte de las decisiones que tomo y mi comportamiento están marcados por la inspiración y a menudo, son voces dentro de mí que escucho como os oigo a vosotros. Siento decepcionaros, pero el verdadero mérito no reside en mi persona sino en el acompañamiento espiritual que me sigue a todas horas. Si Dios lo ha querido así, no seré yo la que se oponga a su voluntad.
—Cada vez me resultas menos sorprendente, «hermanita pequeña». Naciste con un don que pocos conocen y yo me considero una criatura abierta a lo nuevo, porque me gusta aprender, experimentar cosas diferentes y tú, en eso, constituyes un ejemplo para mí. No hace falta que insista en la idea de que yo estoy en las antípodas de mi hermano. Para ti, aunque aún sea pronto, el futuro es prometedor. Fíjate bien, Rosarito, porque te lo he comentado sin pensarlo, porque esa es la imagen que se me ha venido a la cabeza de repente.
—Pues ya ves, Alicia. Todos somos susceptibles de recibir cualquier información desde el plano invisible. No solo soy yo, cualquiera puede experimentar esa sensación de estar acompañada o de recibir mensajes a través del pensamiento cuando menos se lo espera.
—Ven, cariño, deja que te muestre mi admiración —expuso la hija del marqués mientras que se acercaba a la muchacha y le daba un beso en su mejilla derecha—. Me encantas, para mí eres una más de la familia. Tengo claro que mi padre se ha esforzado tanto contigo como lo hizo conmigo. Sencillamente, porque desde que llegaste al mundo, te ha considerado como tal. Es como si tú y yo compartiésemos el mismo padre.
—Es que lo compartís, mis queridas niñas. Ya lo sabéis: se fue mi Teresa, pero surgió Alicia y luego, apareció la benjamina de la casa.
—Así es, padre. ¡Qué tontería lo de la sangre! Carlos también la tiene del mismo color que yo y mirad lo distintos que somos. Aquí lo importante es la actitud, la buena voluntad por mejorar, considerando la libertad como el bien más supremo del que disfruta el ser humano.
—Bueno, dejaos ya de tanto debate filosófico, que yo he convocado esta noche a mi ahijada por otros motivos más concretos.
—Haya paz, sí señor; que yo también quiero enterarme de eso —comentó Alicia.
—Entonces, mi niña, no nos hagas esperar más. ¿Qué has visto esta tarde cuando has entrado en el salón?
—Alfonso, lo que vi no resultó agradable, lo reconozco. Pasé un mal trago, pero seguí las instrucciones que tú me diste. Ya sabes que me produce auténtico pavor permanecer cerca de quien tú sabes. Por eso me senté justamente enfrente de Carlos, para obtener una mejor perspectiva de lo que estaba pasando. He de confesarte que mis peores sospechas se confirmaron.
—¡Vaya por Dios! —exclamó el marqués con gesto de contrariedad—. Entonces, la coyuntura es grave, aunque no inesperada para mí. ¿Es así, Rosarito?
—En efecto, padrino. Así es.
—Un momento —interrumpió la hija del noble—. Vosotros habláis de estos temas con asiduidad, pero para mí no es tan frecuente. Admito mi ignorancia. Por eso te pido, «hermana», que te expreses de la manera más sencilla, para que yo no pierda el hilo de la conversación. ¿Qué es eso que notaste?
—Se trata de un señor de cierta edad, da la impresión de tener unos cincuenta años y por desgracia, no es la primera vez que observo a esa presencia al lado de Carlos. Combina dos trajes y los alterna a voluntad. Por muy bien que le sienten los ropajes a ese caballero, eso no puede disimular la maldad que alberga en su alma.
—Interesante. Padre, ¿recuerda usted el famoso refrán?
—¿Cuál, hija?
—Pues es obvio: «dime con quién andas y te diré quién eres».
—Es verdad, Alicia. ¡Qué gran expresión para tan triste realidad! —añadió Alfonso mientras que orientaba su mirada hacia el cielo.
—Estoy de acuerdo, Alicia. He de decirte, que cuando veo a un espíritu, no solo puedo observar su indumentaria sino también la maldad o la bondad que porta consigo, en otras palabras, el color de su corazón.
…continuará…
Rosarito é médium, por isso observou o espírito ao lado de Carlos. Além disso, percebeu que o espírito emanava energias ruins.
Alicia também tem interesse pelos dons mediúnicos.
Carlos é obsediado, por isso é tão agressivo. Os sintomas podem até variar, mas costumam incluir coisas como irritação constante, pensamentos negativo, vícios, etc.
Pergunta: Por que em algumas situações Rosarito chama o Marquês de “Padrinho” e outras situações de “Alfonso”?
Rosarito é médium e observa com grande tristeza a situação de Carlos. Ele tem influencias muito negativas. Rosarito é a única pessoa de «Los olivares» que pode chamar ao marquês desse jeito. Mas si eles tiverem visitas, ela chama ao seu padrinho de «usted» por respeito.