(elegía por la esposa de un amigo)
¿Por qué te escribo cartas si ya no me lees?
¿Por qué te recuerdo si ya no estás?
Y es que no hallo palabras para tu ausencia…
Y es que no hallo palabras para tu ausencia…
Soledad es imaginar tu sombra a mi lado,
un caminar mudo sin sentir tu verbo,
murmullos en un bosque sin árboles,
acudir a una playa sin mano que asir
Desde tu partida, la turbación me envuelve
como un niño castigado sin besos,
sin ti mi ignorancia es tan inmensa
como un cielo que Dios ha vaciado de estrellas
Una vez me dijiste que no te amase tanto
para no extrañarte cuando cerrases la puerta
No quise creerte al vivir en un eterno presente
y ahora me ahogo en un futuro de lágrimas,
pues sin tus ojos el hoy ya no existe en mi mirada
Si hubiese magia me convertiría en piedra enterrada
para no ver ni sentir, desposeído de memoria,
sin corazón ni sangre sobre la que latir,
donde la nada fuese mi más feliz esencia
Álcese el que pueda borrar mis evocaciones,
muéstrese quien con su perfume de amnesia me duerma
¡Ah, negación de lo real, locura atada a mi pensamiento…!
¿Quién me sacará de este pozo de velas consumidas?
¿Por qué te escribo cartas que el viento se lleva?
Al leerlas, hasta los ángeles pierden sus alas
por la tristeza de una voluntad carente de sueños
La esperanza es tu rostro vestido de un mañana,
de un amanecer en el que pronuncies mi nombre
y yo, al escuchar el tañido de tu voz
sienta desnudo las caricias de tu alma
© 2017 José Manuel Fernández
© 2014 Photo: Silvia & Frank