—Martina, lo único que advierto en ti es un ánimo demasiado impetuoso. Te tomas las cosas con exceso y te falta un poco de examen racional. Sé bien que tu pasado te pesa, aquella adolescencia maldita en manos de un padre abusador y perturbado, pero convendría que madurases cuanto antes. […]

Pasaron los meses en la vida conventual y, por fortuna, la niña Fátima siguió creciendo sin sufrir quebranto alguno en su salud. Era una criatura preciosa, con el rostro blanco como la nieve y el cabello dorado como el oro. Sus ojos, poco a poco, fueron tornándose del verde de […]

Aquel sábado, durante el almuerzo, todo eran cuchicheos en el refectorio. Incluso se produjo un momento de buscada indisciplina. Tal era la alegría que dominaba el ambiente ante la presencia de la recién llegada, que hasta la hermana lectora tuvo que interrumpir su labor en voz alta al darse cuenta […]

Los rumores apuntaban a que aquel brote provenía de África y que había penetrado en España por los puertos de Andalucía, extendiéndose luego por toda la península. Nadie había imaginado, ni en sus peores pesadillas, la magnitud de la catástrofe. En Sevilla, a dos días a caballo del convento, centenares, […]

—Tienes razón, suena bien a mis oídos: la doctora Concepción. De todas formas, más allá de los títulos y reconocimientos, esta comunidad cuenta con las mejores manos y con la mejor mente. Esa eres tú, amiga. Este grupo de veinte mujeres se siente seguro, porque, aunque no puedas ostentar esa […]

—Tranquila, Concepción —afirmó la superiora mientras que se tocaba la cara con sus dedos en un gesto de reflexión—. Recuerda las enseñanzas de la madre Juana: «en cada problema, en cada dificultad, una oportunidad de avance y de progreso». Y creo que ella tenía mucha razón. Si no nos ponen […]

—Dios mío, Martina. ¡Cuánto lo siento! Desconocía por completo tu desdichada historia. —Sí, apenas si la he contado a muy pocas personas. No deseo cansar a los demás con mi trágico pasado. ¿A quién le podría interesar un ayer tan lleno de infortunio? Luché para que aquellas monjas de Toledo […]

Ante la situación de tensión generada por aquel inoportuno diálogo… —Perdonad, mi señora abadesa. No pretendía abrumar a la novicia, solo recibir la adecuada información para que todas sostengamos con serenidad esta incómoda situación creada por la enfermedad. —Pues creo que nuestra joven Consolación se ha explicado con claridad. Ahora, […]