—Tienes razón, suena bien a mis oídos: la doctora Concepción. De todas formas, más allá de los títulos y reconocimientos, esta comunidad cuenta con las mejores manos y con la mejor mente. Esa eres tú, amiga. Este grupo de veinte mujeres se siente seguro, porque, aunque no puedas ostentar esa […]
Mes: agosto 2025
—Tranquila, Concepción —afirmó la superiora mientras que se tocaba la cara con sus dedos en un gesto de reflexión—. Recuerda las enseñanzas de la madre Juana: «en cada problema, en cada dificultad, una oportunidad de avance y de progreso». Y creo que ella tenía mucha razón. Si no nos ponen […]
—Sin embargo y advirtiendo la aspereza de tu vida —apuntó la hermana Carmen con tono meditativo—, eso no implica que tengas que hacer daño a quienes te rodean, que bien podría deducirse por el color de ese resentimiento que acabas de mostrar. Me parece que eso no te haría ningún […]
—Dios mío, Martina. ¡Cuánto lo siento! Desconocía por completo tu desdichada historia. —Sí, apenas si la he contado a muy pocas personas. No deseo cansar a los demás con mi trágico pasado. ¿A quién le podría interesar un ayer tan lleno de infortunio? Luché para que aquellas monjas de Toledo […]
Ante la situación de tensión generada por aquel inoportuno diálogo… —Perdonad, mi señora abadesa. No pretendía abrumar a la novicia, solo recibir la adecuada información para que todas sostengamos con serenidad esta incómoda situación creada por la enfermedad. —Pues creo que nuestra joven Consolación se ha explicado con claridad. Ahora, […]
—Martina, por Dios, te lo voy a dejar muy claro. De esta que te habla no saldrá ni una sola palabra. Y espero que de ti tampoco, por tu bien. Te expones a una segunda denuncia y en ese caso, me temo que en tu cara estaría escrita tu perdición, […]
—Mira, te demostraré mi amor ahora mismo. —No, déjalo, Martina. Esto se está convirtiendo en una obsesión para tu cabeza. ¿A quién se le ocurre penetrar en la celda de una compañera con la epidemia de peste que tenemos? A ti, solo a ti. Además, no me apetecen tus tocamientos […]
Tras unos minutos de oración y de reposo, de alabanzas a Dios, a la Virgen y a su enviada, la madre Beatriz de Silva, ambas mujeres se incorporaron. —¿Qué hacemos, Verónica? Yo tampoco puedo con mi alma. —Creo que lo mejor es llevarse a la novicia a su celda para […]
—Entonces, Verónica, ¿te atreves a hacerlo? Estoy contigo y te acompañaré hasta la muerte si hace falta —dijo la enfermera emocionada mientras que se persignaba tres veces. —Eres mi sostén, hermana. Gracias. No podemos decaer en estos momentos de zozobra. La fe implica creer sin límites. Para Dios no hay […]