ESQUIZOFRENIA (4) El visitante

—Te entiendo —añadió la médium—. Sin embargo y aún no sé cómo lo hiciste, cambiaste esa intención de interrumpir lo más sagrado que tenemos las personas por esa sublime abnegación que consiste en salvar una vida ajena.

—Debió resultar algo instintivo, aunque impulsado por el amor.

—Nada en el universo queda sin consecuencias. ¿Puedes imaginar los efectos de tu noble acción? Amigo, solo me resta felicitarte desde lo más profundo de mi corazón, porque habrá una enorme recompensa para tu generosidad. Se producirá más pronto o más tarde, pero te aseguro que ya estás notando sus primeros resultados.

—¿Y cómo es eso, Isabel?

—El hecho de permanecer turbado por un tiempo, ese desconcierto tan típico que supone la separación del espíritu del cuerpo, en tu caso, ha quedado reducido casi al mínimo. Solo te pido que, en esta tu nueva etapa, aproveches tu tiempo para aprender, para discriminar que el odio, la falta de comprensión y el egoísmo solo te conducirán a experimentar el mayor de los sufrimientos.

—Con tus palabras, provocas que recupere las ilusiones por abrirme a este período que se abre ante mis ojos —manifestó un esperanzado Martín.

—Has dado un paso de gigante. Y esto es solo un anticipo. Anda, Sergio, juntemos nuestras manos. Ha llegado el momento de vibrar en sintonía. Yo haré la oración en tu compañía. De este modo, vamos a pedir por Martín, para que sea amparado en su próximo y emocionante camino. Le pedimos a Dios para que, después de su etapa de aprendizaje, pueda volver al plano terrenal a seguir avanzando y perfeccionándose. Y eso solo puede concretarse en una frase: hacer el bien.

Minutos más tarde…

—Vuestra oración me ha llenado de energía. Me he sentido renacer como nunca. Yo también pediré por vosotros, porque os lo merecéis.

—Y pensar que todavía hay personas que hablan de la muerte como el final de todo —comentó la mujer—.

—En verdad es el principio de todo y esto lo afirmo de una manera racional —respondió el psicólogo.

—Yo, Sergio, por mis condiciones, casi vivo más tiempo en el mundo espiritual que en la dimensión física. Tengo un cuerpo, necesito comer, beber y dormir, pero ello no me quita para que me enfrente a diario con lo que sucede en la otra dimensión, justo aquella que está empezando a conocer Martín.

Ante el gesto de extrañeza que emitió un sorprendido psicólogo, Isabel continuó…

—No te extrañes de ello, porque ya me conoces. No resulta fácil, pero es justamente lo que le pedí a los buenos espíritus antes de ser introducida en el seno de mi madre. Todo ello obedece a que pretendo acelerar mi adelanto, aunque sea a base de sacrificios; por eso tengo todo el día mis sentidos abiertos a mis hermanos que son los habitantes del más allá.

—Es un noble y bello dilema. Por cierto, amiga, no quiero interrumpirte, pero he notado a mis espaldas, por donde se hallan los árboles, como una especie de presencia. Por favor, sitúame, no vaya a ser que sea cosa de mi imaginación.

—En absoluto, hombre. A tu manera, tienes despierto tu sexto sentido. Veamos…

Pasados unos segundos…

—¿De quién se trata, Isabel? ¿Tenemos novedades?

—Para empezar, no se trata de ningún empleado del cementerio. Además, lleva unos ropajes que no se corresponden con el presente; que yo sepa, no están rodando una película de época por aquí. Desconozco su identidad, pero al girarse, esa criatura me ha sonreído y en esa sonrisa había implícita una voluntad.

—¿Voluntad? ¿De qué hablas?

—Ahora lo entiendo. La telepatía funciona a la perfección entre los espíritus y yo. Aquella presencia con aspecto masculino me ha solicitado que le «ceda» a Martín. Ha llegado su momento y le va a conducir a su nuevo hogar, es decir, el lugar en el que vivirá a partir de ahora.

—Entonces, ¿Isabel? ¿Debo seguir las indicaciones de ese señor? —preguntó con gran emoción el joven.

—Por supuesto, amigo. ¿Acaso no has comprobado la actitud amistosa de tu nuevo compañero de camino? Si yo he sentido esa expresión afectuosa, tú también la habrás experimentado. Puedes confiar en él. Te va a conducir al mejor sitio en el que ahora puedes estar. Seguimos con el guion establecido. Tu acción ha resultado ser tu mejor carta de presentación para el mundo espiritual. Recuerda la frase de Jesús sobre la que antes hablábamos. Tranquilo, chico, no te pongas nervioso. Permanece receptivo y en sintonía con su pensamiento. Mira, te está dando la bienvenida. Su misión es trasladarte a tu nuevo espacio de vida. Es su misión y ha de cumplirla. ¡Qué gran honor, Martín! Acabas de perder tu cuerpo y te están dando todas las facilidades para que te organices. Te lo mereces.

—Es verdad, Isabel. Tienes razón. No sé cómo podré agradecerte esos buenos consejos que me has regalado. Noto en mí tal regocijo que es imposible de describir. Por favor, despídeme de Sergio. Nunca podré pagaros este gran esfuerzo que habéis hecho conmigo. Que Dios os bendiga a los dos. Os quiero.

—Hasta pronto, amigo —respondió la mujer—. Todos tenemos fecha de caducidad en este plano. Algún día, viajaremos como tú. Y entonces, tendremos un montón de preguntas para hacerte. ¡Quién sabe! Si te dejan, tal vez conversemos antes y ya me explicarás cómo te encuentras en tu nueva casa.

—Claro que sí. Jamás os olvidaré.

—Adiós, mi buen paciente —expresó un conmovido Sergio mirando al cielo—. Fue un honor coincidir contigo en esta vida. Mis mejores deseos para ti. Cuídate mucho. Nunca conocí a un «loco» tan maravilloso como tú, que me enseñase tanto.

El psicólogo lanzó un beso simbólico con su mano al aire. Se abrazó a Isabel para compartir aquel instante de alegría tan inmenso. Ambos se pusieron a mirar hacia un árbol frondoso donde Martín se dirigió hacia el encuentro con aquel ser luminoso que aún no conocía.

…continuará…

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Entrada siguiente

ESQUIZOFRENIA (5) Origen

Mié Feb 7 , 2024
Madrid, 3 de febrero de 1971 Serían poco más de las siete de la mañana, casi a punto de amanecer, cuando Eva salió de su pequeño piso en el centro de la capital. Portaba su carrito de bebé de segunda mano, aunque aún con buen aspecto. Ella se abrigó y […]

Puede que te guste