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Contrariado por las palabras de los otros comensales, el hijo del marqués realizó un gesto maleducado con sus manos, como mofándose del último mensaje que había salido de la boca de su hermana. Don Alfonso intervino con celeridad: —Ya está bien, Carlos. Es lamentable que, delante de mis invitados, te […]

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—Caramba, don Alfonso —manifestó el teniente coronel —. En este caso y como se suele decir, la niña vino al mundo con un pan bajo el brazo. —Pues lleva usted toda la razón, porque Rosarito, desde que respiró por primera vez, me ha devuelto con creces todo el cariño y […]

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—Yo me apunto a la actividad —expresó el cura con entusiasmo—. Sus animales son famosos en toda la comarca. —Pues claro que sí, señor marqués —añadió el militar—. Me parece muy buena idea por su parte. Lo ha comentado usted primero, pero que conste que, si no lo hubiese hecho, […]

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—Y usted, señorita Alicia, ¿vive aquí, junto a su padre? —No, don Antonio. Hace ya tiempo que me independicé de esta finca, pero creé la mía propia. A unos kilómetros de distancia hice construir «La yeguada» y va entender con rapidez por qué le puse ese nombre. —Seguro que tiene […]

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—Aplaudo esas palabras —reaccionó Carlos—. Por un momento, parecía que estaba usted dando una arenga militar. —Bueno, señores, aquí, casi todo el tiempo he hablado yo —añadió el teniente coronel—. Veamos, señor marqués; a usted, ¿cómo le van las cosas? ¿Está su ilustrísima satisfecho con el nuevo orden surgido tras […]

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—¿Y qué importancia puede tener el desarrollo de la guerra mundial al respecto de esta cuestión? —preguntó el aristócrata. —Mucha, don Alfonso. Como militar, yo he desarrollado mi propio planteamiento, aunque lo que le voy a explicar no deja de ser una hipótesis de futuro, es decir, una proyección sobre […]

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—Teniente coronel —intervino Alicia—. ¿Por qué dice usted que muchos de ellos no se dejarían coger vivos? ¿Cómo puede estar tan seguro? —Es obvio, señorita. Aquellos que sean detenidos serán sometidos a duros interrogatorios. Y no todos podrán resistirlos. Yo lo tengo claro, doña Alicia. Para su honor, es mejor […]

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Pasados unos segundos, se oyó en la lejanía el motor de un coche aproximándose a la finca… —Caramba, qué puntualidad —dijo asombrado el marqués mientras que miraba su reloj—. Así da gusto. Anda, pues traen dos coches, lo que significa que vienen más guardias de los que me imaginaba. Una […]