Alonso permaneció callado y meditando durante unos minutos, como si estuviese realizando un análisis psicológico de su biografía.
—Es verdad —acertó a decir—. Puedo comprobar que he vivido muchos momentos de miseria a causa de esas ideas. Quizá coincidan más y sean más evidentes con la necesidad de ser aceptado por mi familia. Sin embargo, he de reconocer que también he recordado episodios acerca de esa «eficacia» que tanto sufrimiento ocasiona. Esa obsesión por la perfección no es buena, me ha causado muchos disgustos y decepciones pero, como tú comentabas antes, se halla en relación al deseo de caer bien porque en el fondo, quieres obrar sin equivocarte para que los demás no se sientan decepcionados contigo. Habrá muchas opiniones pero, para mí, eso no deja de ser otra obligación como la primera: ser aceptado y buscar ese afecto de los otros de manera obsesiva. Ahí se sitúa el malestar principal y la causa de un sufrimiento psicológico que te destroza por dentro y te convierte en una marioneta, en una persona manejada por las circunstancias y dependiente de que los otros te den una palmada en la espalda aprobando tu conducta.
—Caramba, te felicito por tan completo razonamiento. No podías resumirlo mejor. Ja, ja… parecías tú el profesional de la psicología.
—Y digo yo, David, ¿existen trucos para eliminar esas creencias, para que dejen de afectarte?
—En estos casos, no necesitamos una varita mágica de prestidigitador para acabar con ellas, simplemente porque no existen. El trabajo ha de ser arduo y persistente. Si aprender cualquier habilidad requiere su tiempo y su esfuerzo ¿por qué en este caso iba a ser diferente? Debemos referirnos a técnicas científicas y válidas que durante años han demostrado su utilidad. Trabajaremos con ello durante nuestra siguiente sesión.
—Entonces, practicaremos técnicas de control de pensamientos, de modo que si se instalan en mi cabeza pueda quitármelos de encima. ¿Es eso?
—Sí, estás aprendiendo rápido, aunque todo eso requiere de una práctica disciplinada. Reflexiona sobre un aspecto. Si llevas años atrapado en una serie de creencias irracionales, no te va a ser fácil. Los estilos cognitivos que llegamos a desarrollar no desaparecen en unos días. Están muy asentados en las estructuras mentales más profundas y nos proporcionan una «falsa seguridad», o lo que es lo mismo, es como si creyésemos que cambiando nuestras ideas va a peligrar nuestra integridad. Esto significa que habrá resistencia pero, bien motivado y con tenacidad, las cosas se irán arreglando y un hombre nuevo crecerá en tu interior y eso, tendrá una serie de consecuencias en tu conducta, lo que te influirá incluso en la forma de relacionarte con los demás.
—Bueno, no me importa armarme de paciencia. Después de tanto tiempo de penas, no me afectará hacer un esfuerzo para cambiar de hábitos.
—Sí, a menudo, cuando alteras tus pensamientos y cambias tus creencias irracionales por otras de sentido común, se advierte una variación en tu forma de conducirte por el mundo. Eso es lo bueno.
—Pues yo quiero hacerlo. Hay que cerrar una etapa de dependencia emocional, de falta de autoestima y poca consideración hacia mí mismo y abrir otra de un mayor equilibrio e independencia y de una mayor salud en mi cabeza.
—Acudiendo a la lógica, tendrás que ser realista y respetar unos plazos, pero como te veo con muchas ganas, eso facilitará nuestros planes. Solo te estoy dando herramientas efectivas, Alonso. El trabajo, corre por tu cuenta. Contémplate a ti mismo. ¿Quién te ha visto y quién te ve? Hace unas semanas, eras un guiñapo, alguien que no creía en sí mismo, maniatado por un montón de frustraciones y por una relación familiar con tintes trágicos que te hundían en el barro. Hoy, puedes alzar la cabeza y proclamar que estás vivo y que quieres ser otra persona. ¿No es así?
—Creo que he alcanzado el momento justo, aquel en el que divides tu vida en un antes y un después y suspiras por una nueva etapa. Digamos que me encuentro ante la coyuntura perfecta que no pienso desaprovechar.
—Cómo me alegro de oír eso. Bien, ahora estableceremos la tarea para estos días hasta nuestro próximo encuentro. En esta ocasión, será algo más fácil, pero no por ello menos serio. Son deberes domésticos. ¿Preparado?
—Por supuesto —aseguró Alonso mientras que se tocaba el pecho con la palma de su mano derecha—. Estoy deseando conocer mi nueva misión «regeneradora».
—Vale. Piensa en Marina. Quiero que hoy o a más tardar mañana, hables con ella de este asunto.
—¿Qué es lo que pretendes, David? Me estás asustando.
—¿Asustarte yo, hombre? Ni que fuera un fantasma que se ha colado por la ventana de esta casa…
—Ja, ja… muy fino tu chiste. Eso me ayuda a animarme. Como tú decías, el humor es fundamental.
—Te lo diré con claridad: quiero que hables con ella acerca de la posibilidad de presentarte de nuevo a las oposiciones a maestro. Recuerda que esa fue la circunstancia que motivó todo esto, o al menos, desencadenó todo ese conjunto de reacciones negativas que seguramente ya estaban en potencia en tu interior y que luego, se manifestaron. Tienes que conversar con Marina seriamente de este tema. Hace años abandonaste ese proyecto, algo que iba a guiar para siempre tu carrera profesional. Ahora, mira por dónde, te surge la oportunidad de replanteártelo.
…continuará…
A mudança vai fazer você sentir-se vivo Alonso, mesmo se houver dificuldades e obstáculos. O importante é estar pronto para mudar cada vez mais.
Passo a passo, cada vez com mais confiança em seu interior. Abraços, Cidinha.